MAL PULSO, O MAL
OLFATO.
Es necesario en
este momento convulso de toma de decisiones rumorar algunos aspectos que
considero fueron un mal pulso o un mal olfato a la hora de precisar una
posición política o el surgir como el ave fénix como movimiento o como partido
que cautive la gran mayoría de electores y que me lleve a buen puerto. Lo primer que he de decir es que se debe
enseñar o mostrar al ciudadano primario la idea, la ideología y la plataforma política
que debe tener una agrupación roja, amarilla, verde, morada, o naranja.
Cualquier color da igual, pero lo que no es igual es ese mapa a seguir, esa
ruta que nos llevará al tesoro. Los programas de gobierno no se presentan si no
son confeccionados por lo que se cree se va luchar. Ningún
partido político en especial, o mejor, ningún político en particular dejan de
mencionar su programa de gobierno, programa que hacen en su escritorio o en
caso contrario a especialistas en marketing político (el de cumplirlo en el
poder ya es otro cuento). Lo que debe plantearse al interior de un nuevo
partido dirigido por su líder principal son los tiempos de acceso al poder;
corto, mediano o largo plazo; lo segundo, el ambiente de la calle. Dependiendo del aroma que va soltando la
calle, ésta se va convirtiendo en termómetro de lo que se mueve o se fragua en
el centro de la política; o dicho de otra forma, del ambiente tenso que
va dejando el desgaste del poder se puede construir alternativas. En la arena política lo normal es hacer leña
del árbol caído. Ese olorizco a podredumbre, a corrupción y a prepotencia es un
nicho perfecto para presentar propuestas que calen dentro del tejido social y
en sí, en el pueblo.
Lo
que hay que tener cuidado es en las propuestas, y en la plataforma que se
pretenda dar a conocer; como líder no puedo contradecirme, o decir una cosa hoy
y mañana otra porque es ahí donde entran al trapo los medios de comunicación que
son los que han defendido por siglos el establecimiento,
y claro te rompen en tres pedazos, y se fue al garete tu movimiento, tu alternativa
y tu posible partido progresista. Si mi
propuesta es de derechas o izquierdas
tengo que ser claro, el centro no existe, no se encuentran en el mundo partidos
de centro. O se es rojo o se es azul, los demás colores son movimientos que van
defendiendo causas nobles y justas.
A
mi juicio no puede ser que hoy diga que proclamamos una república y al otro día
le bese el anillo al Rey. No puede ser que hoy defienda los bancos y la globalización
de la economía con sus tratados internacionales y al día siguiente sea socialista
apoyando sus tesis. Y así por el estilo
de un lado y del otro tratando de acomodarse a lo que creen podrían arrancar
votos como patatas, queriendo con sus propuestas derribar un poder enclaustrado
como el moho con vicios y mañas, y con teorías caducas de como sostener el
poder a como dé lugar. Y no creo que como veleta de navío pequeño se conquiste
el poder.
Lo
otro es que si soy de derechas debo buscar los votos en la derecha, no puedo
tratar de buscar votos en la izquierda porque no los voy a encontrar, Ídem para
la izquierda. El hecho de atacar una podredumbre
apestosa me tiene que dar el margen suficiente para sustituir y que se haga el
cambio de generación, de ahí que no puedo
ir a conseguir votos donde no los hay.
La izquierda ataca la corrupción, pero la corrupción de la izquierda no
la ataca, y por supuesto como lo vengo diciendo, o se camina por la vereda del
bien con propuestas claras y transparentes, o para que atacas, y cuando ataques
hay que ser contundente como el hacha. Por eso es que estos movimientos que
crecen como la espuma bajan como el coco, terminando de enredar más la cuerda.
El
olfato juega un papel preponderante en
el ejercicio de querer asumir poder, y es que si todo huele a mal, es todo. No
es que un gato se empiece a podrir por partes y un pedazo huela mejor que otro.
Por ello a Albert Rivera le quedo grande asumir las tareas de recambio de la derecha, se había podido
llevar toda la derecha que estaba en la lona como los boxeadores, y prefirió irse
a meter en casa ajena, a darle palo a la izquierda; el irse a Venezuela fue una
salida en falso saliéndole el tiro por la culata. Sí reviso a Pablo Iglesias, casi que calcado. Sí ataca la corrupción como bandera de campaña, y
ataca la supuesta izquierda (PSOE) de igual forma y tan convincente como lo venía
haciendo, no tenía porque después aparecer como salvador de patrias uniéndose a
esa corruptela. Por eso es que la
izquierda está metida en el mismo saco. La gente dice: “son la misma cosa”; y
es cierto, no se demuestra que realmente queramos cambiar las cosas. Ese olor putrefacto de los politiqueros con
esa chulería termina en una pereza mental, en un adormecimiento de masas con anestesia
al 100% que conlleva a que la gente del rojo y del azul no se desprenda y
castigue los antivalores, la politiquería y lo anti ético, continúan en su
partido porque al fin y al cabo es mejor quemarse Con agua hirviendo, que
quemarse con gasolina, el agua fría calma, la gasolina fría explota.
Por:
Alexander Muñoz/Valencia Sp/agosto de 2016
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